4 de julio de 2007

Próxima estación

Nunca las vías del tren le habían parecido tan atractivas.

Últimamente se había convertido en un pensamiento recurrente. No importaba ni el lugar ni el momento, cuando menos lo esperaba surgían en su mente mil y una formas de acabar con todo. Pero, atendiendo a razones que solamente él podía entender, éste era su modo predilecto, determinante y sin posibilidad de arrepentimientos.

Si le hubiesen preguntado los motivos de tales ideas no habría sabido que responder. Sabía que desde bastante tiempo su estado de ánimo no era el habitual, estaba más taciturno, se comportaba como un autómata... y nadie parecía notarlo. Tras 6 meses de calvario personal no había recibido ninguna pregunta sobre cómo se sentía o algún intento de darle consuelo. Aunque, pensándolo bien, ¿cómo iban a conocer sus intenciones? Él se guardaba muy bien de no mostrar ninguna emoción "sospechosa".

Cada día la idea de desaparecer cobraba mas fuerza. Se imaginaba, mientras esperaba el tren que le llevaría de vuelta a casa tras la jornada laboral, saltando en el preciso momento en que éste hiciese su aparición en la estación. Pensaba en la sensación del impacto, cuanto dolería, si sería rápido, si alguien le echaría de menos...

Curiosamente éste era el pensamiento que le impedía realizar su plan. Que alguien pudiese echarle de menos... al él, era algo que le inspiraba un sentimiento cercano a la felicidad. Le importaba a alguien. No estaba solo y no podía hacer daño a las personas que le querían.

Estos razonamientos bastaron para refrenar sus intenciones durante un tiempo, pero no demasiado. No se consideraba merecedor del cariño de nadie. Pensaba que la gente sentiría un momento su pérdida pero después se olvidarían pronto de él. Por lo que, si tan poco tenía que ofrecer al mundo, ¿por que seguir ocupándolo?

Lunes, 7:30 am. En una parada de tren hay un hombre esperando. Su rostro, impasible, no deja entrever ninguna emoción. ¿Se atreverá?. Ya no queda mucho tiempo para decidirse, ve llegar el tren, es cuestión de segundos. Parece que se arrepiente, ha dado un par de pasos hacia atras... no, en el ultimo momento corre y salta.

Recibe un golpe seco, siente un dolor agudo, sus ojos se cierran, llega la calma. Ya no siente nada, no más dolor, no más culpabilidad, no más vida, no más amor, no más alegria. Acabó con todo, ganó su paz... perdió todo lo demas.

19 de mayo de 2007

Mi primer borrón

Siempre he deseado tener el don de dar forma a lo que pienso y siento... y, aunque ya sé que no lo tengo ni lo tendré nunca... pos me da igual. Este es mi espacio... mi pequeño hueco en el mundo... sólo para mí... y para todo el mundo que me quiera escuchar.

Este blog es una especie de terapia de choque autoimpuesta ya que siempre me han dicho que tiendo a no contar lo que me molesta (cada cual se tomas las cosas como quiere, no?). Espero me sea útil
para dar forma a unas sensaciones tan abstractas que a veces ni yo misma se cómo o por qué me siento así. Me cuesta definirlas con palabras y por eso guardar silencio es la mejor "respuesta" (la más fácil). Mi principal problema es que pienso demasiado las cosas antes de actuar.

Y bueno... ya sé que todo el mundo habrá pasado por vivencias similares a las mías pero no dejan de ser los hechos que me han convertido en lo que soy (para bien o para mal). Algunas veces he sido muy feliz y otras muy desdichada pero todos los momentos por los que he pasado me han ayudado a avanzar en mi papel en la vida.

Así que tan sólo me queda decir...

!!!Bienvenidos!!!